Si hay en Cataluña algún lugar donde el paisaje ha encontrado el equilibrio perfecto entre la grandiosidad geológica y la proporción humana, éste es el Collsacabra, en cuyo centro se encuentra Rupit, un pueblo que parece haber sido creado para admirarlo y que conserva la calma antigua de sus calles pedregosas y enmarcadas por casas de los siglos XVI y XVII. A pocos quilómetros, un conjunto diseminado de masías, conocido como Pruit, evoca los tiempos en los que la riqueza estaba íntimamente relacionada con la tierra. Su situación ha hecho de Rupit y Pruit un lugar idóneo para buscar la calma a través de la belleza tranquila de un altiplano que ofrece lugares muy interesantes.

Imprescindibles:
-Puente colgante
-Salto de Sallent
–Iglesia de Sant Llorenç Dosmunts
–Sant Joan de Fàbregas